Natalia Torrecilla Merchán
Neuropsicóloga de la Asociación
de EM de Parla (APADEM)
Natalia Torrecilla Merchán
Neuropsicóloga de la Asociación
de EM de Parla (APADEM)
Cuando somos jóvenes sentimos que tenemos una memoria a prueba de fuego y cuando pasan los años experimentamos cambios de los que no somos conscientes hasta que nos vemos en situación. La memoria se ve afectada por diferentes procesos dependiendo de cada contexto.
Cuando hablamos de memoria y esclerosis múltiple (EM), podemos decir que ésta no siempre se encuentra afectada. Todo depende de qué áreas se esclerosen. No siempre son las mismas, cambian de una persona a otra e incluso de un brote a otro.
Lo que os voy a contar podemos aplicarlo a cualquier persona.
Los siete pecados de la memoria
El psicólogo Daniel L. Schacter llamó a los tipos de olvido “los siete pecados de la memoria”, que podemos diferenciar en errores de omisión o de comisión.
Cometemos errores de omisión cuando no podemos recordar algo. Y cometemos errores de comisión cuando hay información errónea en el recuerdo que previamente habíamos almacenado.
En primer lugar, el paso del tiempo, que Daniel L. Schacter denominaba en uno de sus libros el pecado del “Transcurso”, alude al debilitamiento de un recuerdo con el paso del tiempo. Si yo os pregunto qué comisteis ayer, seguramente lo recordéis mejor que lo que comisteis hace diez días. El re cuerdo de ayer está más reciente.
Otra opción es que os acordéis de lo que comisteis hace diez días porque ocurrió un suceso importante, como el día de la madre en el que ella cocinó ese plato que tanto os gusta, y por eso lo recordáis.
Cuando ocurrió el atentado en los trenes de Atocha, estoy bastante segura de que todos recordaréis dónde estabais y qué estabais haciendo cuando os enterasteis de la noticia.
Yo recuerdo que había quedado para acudir a una manifestación por la defensa de la psicología como profesión sanitaria.
¿Qué estabais haciendo vosotros cuando os enterasteis de la noticia? ¿Lo recordáis vívidamente?
Imaginemos por un momento la memoria como un desván donde almacenamos muebles, que en la metáfora corresponden a nuestros recuerdos, que van acumulando polvo con el paso del tiempo. ¿Solamente el transcurso del tiempo por sí solo es tan potente para afectar a la memoria? ¿Hay más causas, más capas de polvo que cubren ese mueble que dejamos en el desván?
Otro error de la memoria es la “Atribución errónea”, que sería una información errónea que asociamos con el recuerdo. A veces sucede que le comentamos a alguien que fue él o ella quien nos contó una historia y esa persona lo niega; pue de que lo que esté ocurriendo es que ese recuerdo es cierto, pero que nos lo contó otra persona o lo leímos en algún sitio.
Una tercera capa de polvo que puede cubrir nuestro recuerdo, son los nuevos conocimientos y experiencias que atesoramos a lo largo de nuestra vida y que sin darnos cuenta volcamos sobre recuerdos pasados. A esto Daniel L. Schacter lo llama el pecado de la “Propensión”. Esto hace que rehagamos recuerdos pasados como quién decide innovar un plato echándole algún nuevo ingrediente que “casa” bien con el sabor.
Otra cuestión que se une a esto último son nuestros esta dos de ánimo actuales. Depende de cómo te sientas hoy, recordarás sucesos antiguos de una manera distinta. Por ejemplo, puede que la relación con un antiguo novio acabase de manera cordial y según tu estado emocional actual la recuerdes como una experiencia más negativa de como realmente la viviste en ese momento o de cómo la recordabas en otro momento de tu vida.
El “Bloqueo” nos ocurre cuando intentamos acceder a una información previamente almacenada y no lo conseguimos.
Y, sin embargo, más tarde la recordamos de repente. La “Sugestionabilidad” consiste en recuerdos implantados por la influencia de preguntas u observaciones de terceros cuando tratas de recordar algo. Para los amantes del cine sirve de ejemplo la película Origen, donde el actor Leonardo Di Caprio y su equipo intentan implantar una idea en la mente de un hombre.
La “Distractibilidad” sucede cuando hay una ruptura entre la atención y la memoria. Realmente no se ha prestado atención y por eso no recordamos esa información, nunca llegó a registrarse. Por ejemplo: no recordar donde pusimos las llaves o si cerramos el gas... lo hicimos de manera automática, sin prestar atención, por eso no lo recordamos.
La “Persistencia” consiste en el recuerdo reiterado de información que desearíamos olvidar como, por ejemplo, algún suceso traumático de nuestras vidas.